Se hace saber:
que queremos ver juntas pelis largas algunas tardes de los domingos en la Filmoteca Popular
que a ese efecto tendrá lugar una primera sesión
el 17 de junio de 2018 a las seis de la tarde
en la que veremos la nada ordinaria
1. Donde un cineasta suizo explica que la culpa de todo la tiene Radio Canadá y sugiere una revisión de las reglas del balompié
… si se hace un huevo al plato, se tarda tres minutos, si se hace un filete, un poco más, y así se hace otra cosa: las cosas no requieren el mismo tiempo, pero para Radio Canadá, el huevo al plato tiene que tardar en hacerse veinte minutos, a continuación el filete también veinte minutos, todo veinte minutos, si no haces eso, se anula hasta lo que se ha encargado. Este asunto de la longitud es muy interesante, los partidos también, por ejemplo, los partidos duran de hora y media a dos horas, más o menos el mismo tiempo que las películas. A mí me gustaría que los partidos -a mí me gusta mucho el fútbol- durasen ocho o nueve horas… Al menos el pueblo romano, con los gladiadores, cuando se hartaban al cabo de tres minutos, todo el mundo bajaba el pulgar, lo que hacía que los matasen. Si, por el contrario, les gustaba, lo levantaban para que prosiguiera, y duraba un tiempo completamente diferente cada vez…
(Introducción a una verdadera historia del cine, Jean-Luc Godard)
2. Donde se explica por qué un fotograma de un mapa en este mail
La razón evidente es que ese fotograma es de Historias Extraordinarias, que como es una película de aventuras está llena de mapas y de planos, algunos con tesoro, otros no, una película que cuenta muchas historias pero que al final puede ser que lo que haga aparecer sea la imagen de una región, la provincia de Buenos Aires, el fondo detrás de las historias, que dice Llinás.
Los mapas, se supone, sirven para no perdernos. Puede ser, puede ser, no decimos que no, pero tampoco decimos que sí. Porque el mapa, también, da ganas de salir, el mapa hace descubrir que por allí hay pueblos, que por allí hay montes, que hay mucho mundo por ver, mucho más del que abarca la vista, y que en ese mundo hay cosas con nombres y quien sale a buscar esos nombres puede, claro, perderse. Así que los mapas a lo mejor sirven para orientarse pero también incitan, como disimulando, a perderse. Y si hay un mapa en este mail quizás sea porque pensemos que ver películas largas es, también, una invitación a perderse, una invitación a perder la medida del tiempo y de las historias.
3. De donde se deduce que perderse puede ser darnos un banquete de tiempo y que los banquetes de tiempo son cosa guay
Si uno piensa en Godard, que es cualquier cosa menos alegre, siempre hay una alegría del cine en sus películas, un vértigo eufórico. Incluso en sus obras más amargas y cavernosas hay algo de euforia intelectual. Diría que la voluntad de mis películas es la misma, una voluntad de fiesta. O de derroche y de banquete imprevisible e inestable, de potlach, como diría Bataille. Que las películas desborden su narración, que siembren cierto desconcierto. La idea de producir objetos en los cuales la materia cinematográfica, buena o mala, fluya a borbotones.
(Mariano Llinás)
4. Donde no se deja de hablar de comida y se sugiere que se traigan alfajores al curry
Y existieron cosas como los cines de sesión continúa, donde se podía echar la tarde, a resguardo de la lluvia o del calor, del ajetreo o de los pesquisas, y también esos cines en los que en el intermedio había espectáculos de variedades, y también había películas muy largas en las que salía Jesús de espaldas o Scarlett O'Hara de frente y si las veías en la tele de pronto te dabas cuenta de que algo había pasado, ya no había luz afuera, habías viajado en el tiempo, habías viajado al futuro, y están también las sesiones que podemos imaginar de, por ejemplo, Bollywood, un lugar donde todavía las películas cuanto más largas mejores, un lugar al que ir pertrechado con algo de comer y algo de beber y sin contar el tiempo, un lugar en el que no atender al teléfono.
5. Donde se intenta poner un poco en contexto toda esta milonga y se tararea que el tiempo no cuenta, ni el espacio
Sucede que todo esto no surge de la nada, surge de un cine-club llamado Chantal, un lugar en el que por sus horas y sus usos ver películas largas no viene muy bien y sin embargo las películas largas existen, lo sabemos, y algunas nos gustan mucho y a veces nos apetece mucho verlas y hablamos de ellas, un poco en voz baja, para no despertarlas, para no ponerlas, para que no se nos vaya el tiempo de las manos, y entonces pensamos que si en el cine-club no se podían ver esas pelis largas pues de alguna otra manera se podría, algún otro día, en algún otro contexto, que para algo había una sala ahí, en el centro de Madrid, la Filmoteca Popular, y que todo era ponerse y ya después quien quiera podrá seguir, podrá programar, todo era empezar, poner una primera vez, un primer domingo, una peli larga, una de esas pelis de las que nos acordábamos a menudo, una de esas películas que queríamos compartir con mucha más gente, gente amiga y gente desconocida, quien venga, quien quiera, con alfajores o sin alfajores, tú que nos estás leyendo, por ejemplo, si es que llegaste hasta aquí por algo será, algo de curiosidad tendrás, tú también puedes venir si quieres, t'esperem, hi ha lloc per tots...
6. Donde se dice que seguiremos informando
Seguiremos informando.
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