jueves, 14 de junio de 2018

Dice Patricia


Hola!

A punto de entrar en el siguiente bloque de TENSIÓN hacia los 60 y 70, hacia ny el próximo jueves 21, a la 18h en la Biblioteca de la facultad de Bellas Artes de la UCM con una sesión llevada por Sandra Santana -pronto os llegará más información aunque las lecturas, materiales y prácticas (¡hay prácticas para practicar!) las podéis encontrar en el programa-, este domingo 17 de junio sucede algo que me hizo pensar en euraca, pero para explicaros el por qué y el qué tengo que contaros antes algunas cosas.

El cine-club Chantal, muchas lo conocéis, es un proyecto colectivo hermanado de algún modo con el seminario euraca. Comenzaron más o menos a la vez, en el invierno de 2012. El cineclub era lo que ocurría todos los martes hasta muy tarde, cuando euraca era los miércoles hasta muy tarde, tanto que lxs guardianxs de seguridad de Matadero, en una curioso estado de excepción institucional, tenían que venir con las llaves para que pudiéramos salir. Chantal empezó como cine-club en la Morada, y después de varios desalojos y violencias, lleva un tiempo sucediendo en la Ingoblernable, espacio que acoge a euraca  en este programa nueve. Y es todos los martes a las 20.00 en la sala 3.1, espacio de la Filmoteca popular. En estos cinco años casi interrumpidos de proyección -en Mujer de Manuela se decía “única institución cultural de la ciudad que nunca ha detenido su actividad semana. Es para siempre”- se han visto y comentado más de 150  pelis, que han sido propuestas por más de 60 programadoras, mediante un método experimental de programación colectiva en la conversación posterior a cada proyección se decide entre todas y a partir de una relación que nos parezca relevante, retadora, apetecible… propuesta por cualquiera, cuál será la siguiente película, produciendo un encadenado que permite algo que se enunciaba como deseo en su texto de presentación: “porque hacer la revolución es también volver a poner en su sitio cosas muy antiguas pero olvidadas, nos gustaría recuperar películas olvidadas o desaparecidas y hacerlas aparecer, ponerlas en su sitio y que su sitio sea la oportunidad de verlas juntos, gratis, públicamente”.


Bien, pues en el cine-club sucede que hay veces que se quisiera programar pelis que son largas, muy largas y se desaría mucho ver, pero no caben temporalmente en la posibilidad de verlas y luego comentarlas. Así que decidimos abrir un ciclo, Algunas tardes no atendemos al teléfono, más o menos mensual de pelis que se salen en varios sentidos, entre entre ellos por su duración. 


Y la primera sesión de este ciclo, el próximo domingo 17 a las 18.00, la llevamos Pablo García Canga y yo, y hemos propuesto ver Historias extraordinarias, una película argentina de 2008 dirigida por Mariano Llinás que dura cuatro horas.
Y me acordé de euraca, porque más allá de que se trate de una película argentina, reciente, muy ficcional pero muy situada, -en la geografía, orografía y arquitectura de rincones de la provincia de Buenos Aires, mapas encriptados, un león, el río Salado, muchísimos apellidos y tres personajes principales personajes X, H y Z, en la que en un punto se llega y regresa de Mozambique (en desplazamiento que de pronto me hacía pensar el territorio Alto Volta de Yanko González)…-, es una película que cuando la vi me fascinó, como de ver algo como por primera vez y que parece traer un modo antiguo y al mismo tiempo del futuro de hacer y ver cine. 
Una historia cuya poética narrativa sería de la NO TENSIÓN, película de aventuras -hechas muy nuevas-, que necesita su tiempo -distinto y en fricción con el de las series contemporáneas- y que porque dura así nos permite un viaje más largo, más emocionante; una película que da alegría y ganas de que la pueda ver más gente. Y la proyectamos el domingo, por si os apetece. Empezaremos puntuales a las 18.00  en la 3.1 de la Ingobernable.





viernes, 8 de junio de 2018

AÑOS, SIGLOS, TODA UNA TARDE, IMPOSIBLE SABERLO



Se hace saber:
que queremos ver juntas pelis largas algunas tardes de los domingos en la Filmoteca Popular
que a ese efecto tendrá lugar una primera sesión
el 17 de junio de 2018 a las seis de la tarde
en la que veremos la nada ordinaria





   1. Donde un cineasta suizo explica que la culpa de todo la tiene Radio Canadá y sugiere una revisión de las reglas del balompié
si se hace un huevo al plato, se tarda tres minutos, si se hace un filete, un poco más, y así se hace otra cosa: las cosas no requieren el mismo tiempo, pero para Radio Canadá, el huevo al plato tiene que tardar en hacerse veinte minutos, a continuación el filete también veinte minutos, todo veinte minutos, si no haces eso, se anula hasta lo que se ha encargado. Este asunto de la longitud es muy interesante, los partidos también, por ejemplo, los partidos duran de hora y media a dos horas, más o menos el mismo tiempo que las películas. A mí me gustaría que los partidos -a mí me gusta mucho el fútbol- durasen ocho o nueve horas… Al menos el pueblo romano, con los gladiadores, cuando se hartaban al cabo de tres minutos, todo el mundo bajaba el pulgar, lo que hacía que los matasen. Si, por el contrario, les gustaba, lo levantaban para que prosiguiera, y duraba un tiempo completamente diferente cada vez…
(Introducción a una verdadera historia del cine, Jean-Luc Godard)

    2. Donde se explica por qué un fotograma de un mapa en este mail
La razón evidente es que ese fotograma es de Historias Extraordinarias, que como es una película de aventuras está llena de mapas y de planos, algunos con tesoro, otros no, una película que cuenta muchas historias pero que al final puede ser que lo que haga aparecer sea la imagen de una región, la provincia de Buenos Aires, el fondo detrás de las historias, que dice Llinás.
Los mapas, se supone, sirven para no perdernos. Puede ser, puede ser, no decimos que no, pero tampoco decimos que sí. Porque el mapa, también, da ganas de salir, el mapa hace descubrir que por allí hay pueblos, que por allí hay montes, que hay mucho mundo por ver, mucho más del que abarca la vista, y que en ese mundo hay cosas con nombres y quien sale a buscar esos nombres puede, claro, perderse. Así que los mapas a lo mejor sirven para orientarse pero también incitan, como disimulando, a perderse. Y si hay un mapa en este mail quizás sea porque pensemos que ver películas largas es, también, una invitación a perderse, una invitación a perder la medida del tiempo y de las historias.

    3. De donde se deduce que perderse puede ser darnos un banquete de tiempo y que los banquetes de tiempo son cosa guay
Si uno piensa en Godard, que es cualquier cosa menos alegre, siempre hay una alegría del cine en sus películas, un vértigo eufórico. Incluso en sus obras más amargas y cavernosas hay algo de euforia intelectual. Diría que la voluntad de mis películas es la misma, una voluntad de fiesta. O de derroche y de banquete imprevisible e inestable, de potlach, como diría Bataille. Que las películas desborden su narración, que siembren cierto desconcierto. La idea de producir objetos en los cuales la materia cinematográfica, buena o mala, fluya a borbotones.
(Mariano Llinás)

    4. Donde no se deja de hablar de comida y se sugiere que se traigan alfajores al curry
Y existieron cosas como los cines de sesión continúa, donde se podía echar la tarde, a resguardo de la lluvia o del calor, del ajetreo o de los pesquisas, y también esos cines en los que en el intermedio había espectáculos de variedades, y también había películas muy largas en las que salía Jesús de espaldas o Scarlett O'Hara de frente y si las veías en la tele de pronto te dabas cuenta de que algo había pasado, ya no había luz afuera, habías viajado en el tiempo, habías viajado al futuro, y están también las sesiones que podemos imaginar de, por ejemplo, Bollywood, un lugar donde todavía las películas cuanto más largas mejores, un lugar al que ir pertrechado con algo de comer y algo de beber y sin contar el tiempo, un lugar en el que no atender al teléfono. 

    5. Donde se intenta poner un poco en contexto toda esta milonga y se tararea que el tiempo no cuenta, ni el espacio
Sucede que todo esto no surge de la nada, surge de un cine-club llamado Chantal, un lugar en el que por sus horas y sus usos ver películas largas no viene muy bien y sin embargo las películas largas existen, lo sabemos, y algunas nos gustan mucho y a veces nos apetece mucho verlas y hablamos de ellas, un poco en voz baja, para no despertarlas, para no ponerlas, para que no se nos vaya el tiempo de las manos, y entonces pensamos que si en el cine-club no se podían ver esas pelis largas pues de alguna otra manera se podría, algún otro día, en algún otro contexto, que para algo había una sala ahí, en el centro de Madrid, la Filmoteca Popular, y que todo era ponerse y ya después quien quiera podrá seguir, podrá programar, todo era empezar, poner una primera vez, un primer domingo, una peli larga, una de esas pelis de las que nos acordábamos a menudo, una de esas películas que queríamos compartir con mucha más gente, gente amiga y gente desconocida, quien venga, quien quiera, con alfajores o sin alfajores, tú que nos estás leyendo, por ejemplo, si es que llegaste hasta aquí por algo será, algo de curiosidad tendrás, tú también puedes venir si quieres, t'esperem, hi ha lloc per tots...

    6. Donde se dice que seguiremos informando
Seguiremos informando. 






miércoles, 16 de mayo de 2018

adelanto informativo



un río
un león
un arquitecto maléfico
un tiroteo
otro tiroteo
un tractor
un maletín
un mapa del tesoro
un montón de apellidos
una canción de Roberto Carlos
otra canción que no es de Roberto Carlos
monolitos
explosivos
mentirosos
habladores compulsivos 
y más
y muchas muchas cosas más
HIS
TO
RIAS
EX
TRA
OR
DI
NA
RIAS
de Mariano Llinás
el 17 de junio
a las 6
en la Filmoteca Popular
que está en la tercera planta de La Ingobernable
que está en el 39 de la calle Gobernador
que está en Madrid

ALGUNAS TARDES NO ATIENDE EL TELÉFONO (ANNE CARSON)

Es febrero. Hay hielo en todas partes. Se perciben distintas gradaciones de hielo.

Sus colores  –azul blanco marrón grisnegro plata– varían.

Hay hielo que en el centro tiene pedazos de gravilla o sombras.

Hay hielo liso como una ladera, no te podés parar encima.

Al detenerse sobre él, el viento se adelgaza hasta hacerse jirones.

Lo único que queríamos, jirones.

Los chiquitos no pueden pararse encima de él.

Ni una letra, ni un trazo de una letra, puede pararse.

A ciegas –lo que a través del mundo surgió allí– arde.

Es febrero. Hay hielo en todas partes. Se perciben distintas gradaciones de hielo.

traducción: Zaidenwerg